Configurar la rutina del Asistente de Google para que reproduzca una Playlist en Spotify

CONFIGURAR LA RUTINA DEL ASISTENTE DE GOOGLE PARA QUE REPRODUZCA UNA PLAYLIST EN SPOTIFY.

¿Harto de los sonidos y alarmas de tu teléfono?¿Quieres empezar la mañana con tu playlist favorita sonando?¿Quieres que el Asistente reproduzca tu música de Spotify sin que tú se lo tengas que decir? Pues sigue leyendo, porque esto te interesa...

    Es normal que uno esté harto de escuchar los sonidos y/o alarmas del teléfono. Es más, ¡YA NO LOS OYES! porque de tanto que los has escuchado, tu cerebro los interpreta como ruido (igual que ya no te molesta el tren cuando pasa al lado de tu casa, o ese tráfico incesante que tienes por vecino). A mí, me pasa lo mismo.

    Llevo días intentando programar la alarma de mi teléfono para que me reproduzca música, pero hasta ahora sólo podía reproducir lo que tenía descargado o que tiene el teléfono por defecto. Sí, has leído bien: HASTA AHORA. Porque he encontrado la forma de programar la rutina del Asistente de Google para que reproduzca una playlist de Spotify en vez de las noticias. Y es que el Asistente de Google tiene esa herramienta maravillosa integrada. Pero vamos al lío:

    Lo primero que tienes que hacer es programar el Asistente de Google en tu alarma (o despertador).

    Si no lo tienes activado, te aparecerá en blanco y negro el icono ➕ a la derecha. Clica y lo activarás.

    Después, debes programarlo. Es muy sencillo. Aquí te muestro la pantalla del Asistente:

    Como puedes ver, ya está pre-programado, pero puedes configurarlo como a tí te plazca. Sólo tienes que darle al lápiz ✏ y las etiquetas cambiarán a este estado:

    De esta forma, puedes borrarlos o cambiarlos de órden moviéndolos con el símbolo ＝. Para cambiar las noticias y poner música, DEBERÁS BORRAR la órden de reproducción y volver a añadirla como acción. Como puedes observar, la música es lo último que aparece en la lista de acciones, ya que no tiene límite de contenido y puede estar reproduciéndose durante tiempo indefinido.

    Aquí deberás ir a "Ajustes de música" y aparecerá una ventana de confirmación de navegación, en la que deberás solicitar "Salir de la página", donde se te redirigirá a tu cuenta de Google.

    Y deberás tener marcado Spotify como proveedor predeterminado del servicio de reproducción de música.

    Una vez que ya lo tengas programado clica en la flecha ← y clica en el botón "HECHO". Si no tenías activada la rutina del Asistente, continúa en esa pantalla.

    Ahora que ya tenemos activada la rutina del Asistente, vamos a PROGRAMAR LA PLAYLIST DE SPOTIFY.

    Seleccionamos la alarma en la que queremos que se active la playlist. Como puedes ver, ya estaba activada la rutina.

Ahora vamos a ver cómo insertar la playlist de Spotify:

    Vamos a la etiqueta de reproducir música, que estará al final de la lista de órdenes.

    Salimos momentáneamente de la aplicación, abrimos la App de Spotify y seleccionamos la playlist que queremos que se reproduzca.

    En la parte superior derecha hay tres puntitos en vertical. Clicamos en ellos.

    Y le damos a compartir.

    Ahora nos muestra varias opciones de uso del enlace. Le pedimos que lo copie en el portapapeles ("Copiar enlace").

    Y finalmente, abrimos de nuevo el Asistente de Google, le pegamos el enlace y clicamos en "HECHO".

    Como puedes ver, es más sencillo de lo que a priori se presenta, pero de esta forma puedes escuchar TU MÚSICA cuando suena tu alarma sin tener que pedirlo o, si es lo que deseas, puedes continuar aburriéndote con los sonidos y alarmas que tiene tu teléfono.

P.D.: Te pediría que le des un buen 👍 a este post, pero con tu lectura ya me vale. 😉

DE MAYOR QUIERO SER BLOGUERO...

Sí... Y lo soy.

De tanto escribir me han vuelto a salir callos en los dedos, pero esta vez en los pulgares... Jejejeje. Es broma. Tampoco escribo tanto.

Sí es cierto que, aparte de éste, tengo tres blogs más que voy actualizando cada cierto tiempo.

El primero, y por el cual me siento como un padre muy orgulloso, es el de MacAllisteros, en el que voy contando mis experiencias con las máquinas de trabajo en el campo para esta marca que comercializa Brico Dépôt (una multinacional del mundo del bricolage).
En este blog podéis comprobar cómo paso de ser el típico manitas a todo un especialista en herramientas de jardín.
Y es que, a pesar de todo, la mecánica me sigue tirando... (¡¡¡que para eso estudié, ¿no?!!!).

En cuanto a los otros blogs, son lo mismo: relatos.
Desde siempre me gustó escribir, pero ese tipo de relatos... ¡Ni yo mismo me creía tan buen escritor!.

Bueno... Lo de buen escritor aún está por ver, porque no siempre consigo sensibilizar a la gente... ¡¡¡Es tan difícil dar con ese punto de meter a la gente dentro de tus relatos e historias...!!!.

Uno de ellos está aquí mismo, en Blogger. El otro, por la temática, lo construí en Wordpress. Así me daba un márgen para descubrir si soy buen relatista y si la gente me lée tanto como en un principio creía.

La verdad es que uno no llega a tanta gente como crée... Pero bueno, si se trabaja duro y se insiste en las ideas, no tardará mucho en llegar la recompensa...

MADURANDO

Parece mentira, pero uno ya llega a una edad a la que creía que nunca iba a llegar y, por gracia o desgracia, ha llegado.
Pero el hecho de llegar no ha cambiado nada. O sí, como se mire...
Uno sigue recordando aquellos días en los que iba al colegio y engullía (con gusto, o como esa comida que nunca nos gustó ver en nuestro plato) decenas de datos, de los que posteriormente nos preguntábamos para qué nos servirían en la vida. Buscaba con furtivas miradas aquella chica que me gustaba y que, a mal pesar mío, nunca correspondió. Sin embargo, pasado el tiempo, hay miradas, sonrisas, saludos... incluso tirando de meditación, uno se recrea en un amistoso y caluroso abrazo lleno de cariño atemporal.
Si bien es cierto que muchos de aquellos compañeros continúan viviendo en el barrio o cerca de él, debo decir que otros, por designios de la vida, hemos tenido que dejarlo con pena, pues "lo de los mayores" ahora es lo nuestro, y uno va donde puede ganarse el sustento del que pocos nos percatábamos que a nuestros padres les costaba sudor y lágrimas ganar.
Muchas veces hacemos nuestra aquella expresión de nuestros padres: «¡En mis tiempos... (...)!» y a quien mirabamos estupefactos a la persona que lo dijese, pues siempre argumentaba que eran mejores y hacían cosas que recordaban con infinita añoranza. Ahora somos nosotros los que nos hacemos eco de aquella expresión, y no pocas veces me he mordido la lengua para no soltarla a viva voz o, gracias al mega-archivo que es internet, se nos dibuja una sonrisa cuando vemos alguna "intro" de aquellos dibujos animados que nos devuelven a nuestra infancia por unos segundos y que enseñamos a nuestros hijos con sumo orgullo.
Cabe destacar que, como siempre, el listo de la clase ha madurado a la vez y que, como uno, recuerda aventuras y desventuras de tiempos pasados y ha decidido plasmarlas en múltiples formatos. Pero gracias a él (en este caso, ellos) nuestros hijos pueden disfrutar de una visión general de nuestra infancia, a la que ya no pueden negar ciertas verdades.
Y te das cuenta otra vez de que has vuelto a llenarte la boca con aquella frase de: «"¡En mis tiempos...!"», y no puedes más que carcajearte de tí mismo, darte con un "toma-toma" de Capitán Cavernícola y evidenciar que has madurado, que ya no corres, ni saltas, ni juegas como lo hacías de niño y, aunque te cueste creerlo, eres el "señor tan serio de traje y corbata" que asusta a los más pequeños cuando les diriges un saludo o eres "el papá de..." porque has pasado de ser "el hijo de..." sin crearte como referencia.

Vuelves a tus quehaceres de adulto y sin embargo no dejas que se pierda esa parte de infancia que aún perdura en tu recuerdo.

Agradecer a los "listillos de la clase", Javier y Jorge por su blog, web y libro (y a saber si hasta documental o película) "Yo fui a EGB" por hacer con nuestros recuerdos una parte muy importante y accesible de nuestros "escarceos laborales". Muchas gracias, compañeros.

FRITZ (2)

Si, debería haber metido esta entrada muchísimo antes...
Fritz ya tiene 3 años y medio y es mi mejor amigo. Hemos compartido muchas aventuras... (y más que nos quedan por compartir!!!) y hemos tenido nuestros más y nuestros menos (hacerle entender que el sofá es para nosotros y no para él, es harto difícil cuando tienes una mandíbula con dientes amenazándote la mano...).
A pesar de todo, es el peque de la casa, mis padres, que al principio no eran muy partidarios de tenerlo en casa, ahora están más pendientes del perro que de las nietas... Y es lógico. El perro está muy pendiente de sus movimientos... Y más si mi madre está en la cocina...

Fritz ha sido educado tanto con órdenes vocales como gesticuladas. Órdenes de propio entendimiento y que para algunos perros les resulta difícil entender...

Son muchas las anécdotas que contar, muchas las aventuras y no pocas las veces que ha desobedecido mis órdenes por hacer lo que le ha dado la gana... Pero no entra todo en el mismo post. Habrá que hacerlo con tiempo...

CELOS

Celo. El celo es lo que hace que los animales estén listos para la cópula y pueda crearse nueva vida... La mamá de Fritz está en celo y Fritz dejará de ser un perro que vaga y juega por mi mente para ser un perro de verdad, como en su día Carolina fué creada por mí y su madre...

FRITZ

Este nombre corresponde a dos personas mayores que pasaron por mi etapa infantil. Pero ahora este nombre pertenecerá a un tercero: a mi perro. Por fín me he decidido a dedicarle mi tiempo a un cánido. Hasta ahora sólo mi familia había tenido perros. Mis abuelos, mis tíos, mis primos... Ahora me toca a mí. A nosotros. Fritz será un cachorro de pastor alemán, ya tengo decidido quién serán sus padres y ahora me enfrento a un nuevo reto: planificar su vida, como hice yo con la mía a través de mis sueños. Aún no está ni en el seno de su madre, pero será mi perro, mi amigo, mi compañero... Cuando tenga más que contar, contaré. Cuando tenga más que enseñar, enseñaré.

BERMEJO, GARZÓN Y ZAPATERO (o la Fábula del banquero)

Esto se lo dedico a mi hermano, que está descubriendo muchas cosas hoy día.

 

Debido a los últimos acontecimientos, seguro que la mayoría de la  gente no sabe qué está pasando realmente en la parte alta de la cadena política y judicial. Pues bien, voy a intentar explicártelo de la manera más fácil posible, con una fábula (o parábola, como prefieras).

 

 

Imagina que el director general del principal banco de España (Zapatero) llama a una de sus sucursales (Ministerio de Justicia) y les dice a los empleados (Bermejo) que esa misma noche tienen que robar en su propia sucursal (la famosa cacería con Garzón).

Para darle más credibilidad, les dice que envíen anónimos a otras sucursales cercanas (ataques al PP) y así consiguen que todos los bancos (partidos políticos) estén alerta ante una amenaza fantasma, o sea, provocada por ellos mismos.

 

Estando todos revolucionados con el tema de los robos (que si Esperanza Aguirre, que si Llamazares, que esto, lo otro... ya me entiendes) la noche prefijada se comete el supuesto robo. A la mañana siguiente salta la alarma (noticia de la caza). Los bancos más grandes (en este caso el PP) preguntan a los trabajadores de las otras sucursales (partidos políticos, medios de comunicación, etc…) si alguien ha visto a los ladrones y su forma de actuar.

Estos empleados le cuentan al director general del segundo banco más importante (Rajoy) que el robo es una farsa porque ha sido cometido por sus propios empleados (noticia de la cacería).

 

Este director general, junto con otros, tienen la obligación de ir al Banco de España (Tribunal Superior de Justicia y todo ciudadano español con derecho de voto) y presentar una reclamación sobre el supuesto robo.

 

El Banco de España tiene la obligación de cesar de su puesto tanto a los empleados como al mismísimo director general (que sabía de todo esto). La realidad es que, a pesar de que Bermejo haya dimitido y de que Garzón esté siendo investigado por el Tribunal Superior de Justicia (TSJ), el director general, por “pe” o por “pa” siempre se libra de los castigos.

 

Esto, querido hermano, es lo que ocurre en el difícil mundo democrático, que algunos se pasan por el forro de sus “miserables” las leyes, y siempre terminamos pagando los errores, como trabajadores que somos, aunque tú aún tienes la suerte de estar estudiando.

 

¿La crisis? (me preguntarás). La crisis es un error cometido por otros, pero que terminamos pagando los mismos.