miércoles, 25 de febrero de 2009

BERMEJO, GARZÓN Y ZAPATERO (o la Fábula del banquero)

Esto se lo dedico a mi hermano, que está descubriendo muchas cosas hoy día.

 

Debido a los últimos acontecimientos, seguro que la mayoría de la  gente no sabe qué está pasando realmente en la parte alta de la cadena política y judicial. Pues bien, voy a intentar explicártelo de la manera más fácil posible, con una fábula (o parábola, como prefieras).

 

 

Imagina que el director general del principal banco de España (Zapatero) llama a una de sus sucursales (Ministerio de Justicia) y les dice a los empleados (Bermejo) que esa misma noche tienen que robar en su propia sucursal (la famosa cacería con Garzón).

Para darle más credibilidad, les dice que envíen anónimos a otras sucursales cercanas (ataques al PP) y así consiguen que todos los bancos (partidos políticos) estén alerta ante una amenaza fantasma, o sea, provocada por ellos mismos.

 

Estando todos revolucionados con el tema de los robos (que si Esperanza Aguirre, que si Llamazares, que esto, lo otro... ya me entiendes) la noche prefijada se comete el supuesto robo. A la mañana siguiente salta la alarma (noticia de la caza). Los bancos más grandes (en este caso el PP) preguntan a los trabajadores de las otras sucursales (partidos políticos, medios de comunicación, etc…) si alguien ha visto a los ladrones y su forma de actuar.

Estos empleados le cuentan al director general del segundo banco más importante (Rajoy) que el robo es una farsa porque ha sido cometido por sus propios empleados (noticia de la cacería).

 

Este director general, junto con otros, tienen la obligación de ir al Banco de España (Tribunal Superior de Justicia y todo ciudadano español con derecho de voto) y presentar una reclamación sobre el supuesto robo.

 

El Banco de España tiene la obligación de cesar de su puesto tanto a los empleados como al mismísimo director general (que sabía de todo esto). La realidad es que, a pesar de que Bermejo haya dimitido y de que Garzón esté siendo investigado por el Tribunal Superior de Justicia (TSJ), el director general, por “pe” o por “pa” siempre se libra de los castigos.

 

Esto, querido hermano, es lo que ocurre en el difícil mundo democrático, que algunos se pasan por el forro de sus “miserables” las leyes, y siempre terminamos pagando los errores, como trabajadores que somos, aunque tú aún tienes la suerte de estar estudiando.

 

¿La crisis? (me preguntarás). La crisis es un error cometido por otros, pero que terminamos pagando los mismos.